Wtv/prensa Santa Cruz 11 de junio de 2023.- Cientos de años antes de la llegada de los conquistadores a América, en este territorio habitaban «Los Piñocas una de las tribus más numerosas de la zona, cuentan nuestros antepasados, este grupo étnico vivía de la caza y de la pesca y cuando llegaba la época de cacería, dejaban a sus familias y se iban monte adentro, cierto día los cazadores observaron una extraña ave y quisieron cazarla pero esta ave se aplastó y desapareció ante sus ojos, llegada la noche y mientras cenaban alrededor de las brasas encendidas observaron en el cielo las estrellas y en ellas la figura de la extraña ave que habían visto muy temprano. Esta representación cultural se encuentra ligada a las estrellas y al periodo de caza y pesca que se inicia a fines de junio en la región.
Los Piñocas se asustaron en gran manera y dijeron que esa ave era un ser supremo y lo llamaron «Nupayarés» (El Piyo Sagrado), que el territorio donde estaban era también sagrado y esa era una señal de que quería que allí habitaran los Piñocas, con el paso del tiempo le atribuían al piyo el hecho de tener una buena temporada de cacería, de pesca o de cosecha y al finalizar la temporada, realizaban un ritual de agradecimiento llevando lo mejor de cada producto, se colocaban una máscara de cuero de animal y en la parte alta llevaban las plumas del ave, de esta manera también solicitaban que la próxima temporada sea muy buena.
Con el paso del tiempo le dan un nombre a este ritual, utilizan la palabra «Yiritux” que significa cerro o colina y de ahi proviene la palabra «Yaritú» que significa «El que adora en los cerros o colinas.

MISIONES JESUÍTICAS O REDUCCIONES:
A la llegada de los conquistadores y posteriores evangelizadores jesuitas, los Yarituses continúan con este ritual, los misioneros les permiten seguir realizando el ritual pero ya no en honor al piyo, sino en honor a San Pedro y San Pablo cada 29 y 30 de junio con la introducción de nuevos elementos e Indumentaria, ya que anteriormente los indígenas vivían semidesnudos.

ACTUALIDAD
Los Yarituses encierran el verdadero espíritu del javiereño, ya que ellos son los directos descendientes de los Piñocas, la parcialidad más numerosa que habitaban en este lugar y por lo tanto son los que conservan hasta hoy en día una de las expresiones más rica de nuestra cultura. Es un ritual que se conserva hasta la actualidad y cualquier fecha se la puede apreciar si el visitante lo requiere en el «Parque Piedra de los Apóstoles”.

RESEÑA HISTÓRICA
San Javier fue fundado el 31 de Diciembre de 1691 por el misionero jesuita José Francisco de Arce, San Javier se convirtió en la Primera Misión Jesuítica y el centro poblacional más importante de la región, desde este lugar además se dirigió la fundación de otras poblaciones que finalmente consolidaron las Misiones Jesuíticas de Chiquitos.
Ubicada a 225 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en la provincia Ñuflo de Chaves del departamento de Santa Cruz, rodeado de impresionantes serranías de granito que pertenecen al precámbrico brasilero y por sus bellos paisajes y su variado clima fuera en algún momento denominado por el expedicionario Francés Alcides D’Orbigni como la “Suiza de América”.
Cultura, identidad, religiosidad, tradiciones, historia y variada producción es lo que el visitante podrá encontrar al llegar a San Javier, el recorrido por cada uno de los atractivos le permitirá un encuentro muy especial no solo con lo natural sino también con la identidad cultural indígena de las Piñocas, etnia que habitó en el pasado en estas tierras y del emergieron el ritual de los Yarituses.
La calidez y la hospitalidad del javiereño nos esperan, con mucho más para disfrutar y hermanarnos.
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