–Más allá de los premios, las medallas y los diplomas, la categoría infantil dio una ejemplar lección sobre cómo se debe enfrentar los imprevistos y las fallas de logística de los organizadores y patrocinadores en este evento de natación que debería haberse realizado el pasado 24 de junio.

–No se compatibilizó el tiempo real y exacto de partida y de llegada de los nadadores. Los nadadores solo tenían un número que fue anotado en el dorso de la mano derecha.

–No había la señalización acorde a este tipo de competencias de exigencias deportivas. Sólo un pedazo de tela verde cítrica, de aproximadamente 10 metros, en unos de los balcones de San Pedro de Tiquina, adonde se ve un monumento de un rey incaico.

–Tanto la salida como la meta fueron lugares totalmente creadas al calor del instante o del público. Personal de Salud colocaron algunos cartones en la meta para atender a los nadadores.

–Los pobladores de Tiquina sólo sabían vagamente que había una competencia de natación.

–El gobernador de La Paz, Santos Quispe, no asistió a este evento deportivo en la que participaron 247 nadadores y entre ellos aproximadamente 15 peruanos.

Wtv/prensa 21 de julio de 2024.- Los 247 nadadores nacionales e internacionales, entre ellos 15 del Perú, que participaron este sábado 20 de julio en la prueba de natación del Cruce del Estrecho de Tiquina tuvieron que sortear tres tipos de desafíos apartes a la extrema competición: a) las bajas temperaturas de esta época (6 grados Celsius) incrementada por las ráfagas de viento gélido, b) la ausencia de una señalización adecuada para guiarse (quizás indiferencia del comité olímpico de natación) y c) la total improvisación de este evento anual tanto del gobierno departamental, como municipal, policial y militar.

En esos extremos, deberían haber sido los adultos en dar el ejemplo, pero fue la infantil la primera de las categorías en enfrentar las agitadas y congeladas aguas del Titicaca, se zambulleron y cruzaron a nado –aproximadamente a las 9:30– los 800 mts de distancia que hay desde el puerto de San Pablo hacia el puerto de San Pedro, unos con trajes especiales para aminorar la fricción de las olas frías y otros con trajes normales de nylon, además de gorras elásticas y lentes acuáticos.

Algunas barcazas con buzos del regimiento naval acompañaron el paso de los nadadores y cuidaban de que no se desviaran del curso fijado mientras al frente, en San Pedro de Tiquina, familiares, amistades, curiosos, turistas que llegaban de Copacabana y personal de Salud los esperaban en la meta provisional con frazadas, toallas y algunos mates calientes para reanimarles por el esfuerzo excesivo. 

Inclusive, algunas familias armaron carpas provisionales en el balcón del mercado para llevar a los nadadores y reanimarlos con el calor humano, la atención de bebidas calientes y colocarles ropa seca y caliente.

Los primeros nadadores de la categoría infantil llegaron en solitario, sorprendiendo a los organizadores y a la misma gente que se había agolpado para observar la llegada de los nadadores, porque no había una zona de llegada que fuera despejada o preparada para este evento, debido a que las enormes lanchas que transportaban vehículos de una orilla a orilla querían seguir trabajando, o no les importaba o no sabían que había un evento de natación, o simplemente murmuraban “muy mal” sobre la gestión del alcalde de Tiquina.

La primera nadadora arribó totalmente exhausta al estrecho margen de la meta improvisada y vaciló en encaramarse mientras el bullicio y los sones de la banda naval empezó a movilizar al entorno y animar a ayudarla para que fuera traslada hacia unos cartones adonde la cobijaron con frazadas, le dieron un vaso de mate caliente y la atención de primeros auxilios necesarios con mascarillas de oxígeno.

Llegaron otros nadadores en un punto abierto dejado por las barcazas de transporte de vehículos, más allá de la meta, totalmente extenuados, les arroparon con frazadas, y los fueron sacando en hombros hasta ese punto espontáneo de recibimiento y atención por familiares y personal de salud.

Una de las niñas de 12 años, llamada Kendra, que llegó a la meta, en representación al Club La Paz, ignoraba en qué puesto llegó a la meta, pero recordó la difícil travesía: “Me desvié un poco, pero terminé llegando. Lo más difícil fue a la mitad y sentía que no avanzaba”, manifestó.

Otra niña llamada Mila Villegas, de 12 años edad, del Club La Paz, aseguró que el cruce del Estrecho de Tiquina ha sido difícil, y divertido. “Sentí cansancio al llegar”, musitó con alegría.

Antes que culminara la competencia de la categoría de adultos que seguían llegando a la meta, los organizadores, a la cabeza del Municipio de Tiquina y de la Gobernación Autónoma Departamental de La Paz, empezaron a entregar aproximadamente a las 11:30 los primeros premios (copas, medallas y diplomas de participación) a las ganadoras de la categoría infantil. Varios no recibieron los premios porque no sabían que los estaban entregando en la plaza 16 de julio de Tiquina.

El gobernador Santos Quispe no estuvo presente en este acto significativo. Sólo la Directora de Servicio Departamental de Deportes de La Paz (SEDEDE), Carmen Michel Callisaya, en coordinación con autoridades del Gobierno Autónomo Municipal de San Pedro de Tiquina, alcalde Luciano Marconi, la Asociación Departamental de Natación, el Triatlón, Aguas Abiertas y otros.

(jcrquiroga)

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