–La magnífica ruta del Qhapaq Ñan – Sistema vial andino fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, y une a los países de Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador.
–En su recorrido de 30.000 kilómetros, 291 sitios han sido declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO.
–En 2014, el Qhapaq Ñan fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Wtv/prensa miércoles 4 de julio 2024.- “QHAPAQ ÑAN. Caminos sagrados de los Incas”, una Memoria de Sonia Avilés Loayza, Juan Carlos Patón Flores, Sergio Durán Chacón y Carlos Huallpara Loza, será presentado este jueves 4 de julio, a horas 18:00, en el Hall de la Vicepresidencia, en la ciudad de La Paz.
“El QHAPAQ ÑAN integra a los 5 países andinos Ecuador, Perú Bolivia, Chile y Argentina a través de una red vial, que en su momento sorprendió a los propios españoles y fue preciado por cronistas. Hoy en día es valorado en todo el mundo”, afirmó la arqueóloga Sonia Avilés, coautora del libro.
Este vasto sistema vial, que alcanza más de 30,000 kilómetros, fue construido por los incas y sus antecesores, conectando los diversos pueblos y ecosistemas del antiguo Tawantinsuyu.
La Vicepresidencia del Estado Plurinacional, a través del Centro de Investigaciones Sociocomunitarias (CIS), apoya este evento importante para la cultura integradora de América del sur a través de las gigantescas construcciones ancestrales de los incas.
QHAPAQ ÑAN, así se denominó el complejo sistema vial (caminos preincaicos e incaicos) que, durante el siglo XV, los incas unificaron y construyeron como parte de un gran proyecto político, militar, ideológico y administrativo que se conoció como Tawantinsuyu.
El Qhapaq Ñan, el Gran Camino del Inca, ha llamado la atención de cronistas y estudiosos a nivel internacional; sin embargo, por primera vez, este libro refleja el esfuerzo de investigadores bolivianos.
La obra muestra su trascendencia, tanto como sistema vial conformado por una red de caminos dispuestos estratégicamente en el extenso territorio andino, como por las diversas funciones que tuvieron estas vías en procesos de integración política, ritual, económica y temporal, a partir de la descripción detallada de su tecnología, arquitectura e ingeniería entre otros aspectos inherentes a la sociedad de esa época. Considerado como el monumento más grande de América.
El CIS tiene entre sus objetivos socializar las nuevas publicaciones y dar a conocer la producción intelectual e investigativa en Bolivia a través de textos que coadyuven a entender el país desde la diversidad y riqueza de su producción intelectual para contribuir al fortalecimiento de nuestra identidad plural.
En 2014, el Qhapaq Ñan fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este reconocimiento no solo destaca su importancia histórica y cultural, sino que también subraya su valor como testimonio de la ingeniería, organización y visión del mundo andino.
Gracias a este “gran camino inca” –como es su traducción del quechua al español-, el imperio pudo ejercer el comercio y la administración de sus dominios, según la Academia de Quechua Qollasuyo, en Salta, Argentina.
Esta red vial unió todo el Tahuantinsuyo a través de los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, atravesando desiertos, zonas agrícolas, cadenas montañosas y pantanos. Todas las rutas partían desde el Cusco. La más importante de ellas es la que iba en dirección hacia Quito, actual capital de Ecuador.
Los historiadores
Según los historiadores, el Qhapaq Ñan significó la base de la expansión política incaica, pues permitió la rápida movilización de los ejércitos y de los funcionarios estatales. Además, facilitó el transporte de valiosos recursos, como metales, conchas spondylus, madera, hojas de coca y textiles.
Los tambos, recintos que eran usados como albergues y depósitos, estaban dispuestos a lo largo de los caminos para permitir a los viajeros descansar y guardar sus pertenencias. Por lo general, eran de forma rectangular y estaban divididos en varios espacios independientes. Hubo tambos de distintos tamaños: los más grandes contaban con ambientes residenciales, plazas y depósitos, y se usaban para hospedar al Inca y a su séquito. Los de menor tamaño servían de posada para los chaskis, que eran mensajeros del Tahuantinsuyo.
La construcción de puentes también fue determinante para el Qhapaq Ñan, pues gracias a estos, los incas pudieron atravesar laderas, ríos y, en general, una accidentada geografía andina. Algunas de estas plataformas se construyeron a base de piedras y otras de madera. También hubo puentes colgantes que fueron construidos con fibras vegetales, como es el caso del Q’eswachaka, considerado el último puente inca que se mantiene vigente hasta la actualidad.
(jcrquiroga)
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