Elegancia de la vestimenta, ritmo melodioso, zapateos que invitan de bailar el compás del fandango, ese el baile característico de decenas de poblaciones ubicadas en la provincia Linares de Potosí y Nor Cinti de Chuquisaca, donde el mayor festival de esta expresión cultural se realiza en la fiesta de San Juan en Otavi, la Capital del Fandango, a cuyo evento asisten un sinnúmero de comunidades tanto potosinas como chuquisaqueñas.
Origen del Fandango
Existen pocas investigaciones referentes al origen de esta danza, sin embargo se estima que la aparición de este baile se produce a raíz de la aculturación que sufren los pueblos indígenas tras el arribo de pobladores ibéricos, de hecho existen poblaciones españolas como Asturias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Cataluña, Murcia, Valencia, País Vasco o Portugal, donde se había popularizado este baile a fines del siglo XVIII y principios del XIX, como lo describe el Diccionario de Autoridades de 1735, que según ese documento el fandango era desconocido en España y es posible que los orígenes de la misma estén en Hispanoamérica.
La danza del Fandango está íntimamente relacionado con el instrumento del charango, ya que esta danza se interpreta con las melodías de ese instrumento musical, existen fuentes que indican que el charango hace su aparición en el antiguo Partido de Porco en la antigua Provincia de Potosí en el siglo XVIII, donde en la actual calle Héroes del Chaco de la ciudad de Potosí, la portada del templo de San Lorenzo labrado entre 1728 – 1744, muestra una bella portada tallada en piedra, destaca el desaparecido historiador Alfredo Tapia Vargas, en ella se aprecia “a las sirenas tocando la charanga” o charango destaca Tapia, pero ese no es el único ejemplar, en Salinas de Yocalla, la orden de los Agustinos levantaron, entre 1743 y 1747, el templo de San Salvador en Salinas de Yocalla cuya portada muestra un par de sirenas ambidiestras que están tocando el instrumento de cuerda característico de Potosí, ello demuestra la importancia del charango en las poblaciones campesinas en actual departamento potosino; Durante el siglo XX, aparentemente el charango se tocaba solamente en las regiones rurales, y era muchas veces despreciado por los habitantes de las ciudades, considerado un «instrumento de indios”, ya que las interpretaciones no eran aceptados en áreas urbanas y los acordes interpretados eran netamente autóctonos.
El Fandango se populariza en el periodo colonial en regiones del Partido de Porco en la provincia de Potosí y el norte del antiguo Partido de Cinti en la Intendencia de Chuquisaca, con la transculturación de los españoles fue realizándose la danza del fandango con los indígenas para las fiestas grandes como ser matrimonios, festivales y otros, de hecho, este baile corresponde ser a un sincretismo en la que predomina el estilo propio de los pobladores de las regiones ya mencionadas.
La Danza del Fandango
Respecto a la danza del Fandango y otras expresiones culturales que se manifiestan en el actual Distrito de Otavi, el escritor y novelista potosino Gastón Pacheco Bellot, en la novela al que él mismo denominó “Otavi Jamilca”, refiere a vivencias de los pobladores de esa zona en la localidad de Otavi, como también en la Hacienda de los Marquesado de Santa María de Otavi; el sentido mismo de esta fiesta consiste en demostrar los mejores atuendos elaborados y confeccionados por los pobladores de Otavi y sus comunidades, “trasquilábamos nuestro rebaño, guardando los blancos vellones limpios por las lluvias. Las mujeres hilábamos en los momentos de descanso hilos delgados o gruesos de acuerdo con el destino que se les daba” dice el autor, además se describe en la mencionada novela, una historia de una mujer llamada Jamilca; en la actualidad, en la parte alta de la localidad de Otavi, se encuentra el denominado Arco Punku o Arco de Jamilca, una dama que aparece en la narración de Pacheco.
Respecto al Festival del Fandango, Pacheco Bellot destaca que “los hombres jóvenes y solteros paseaban tocando alegres charangos”, se relata, a fin de dar inicio a las vísperas de la fiesta; todas las expresiones culturales de esta danza se celebran precisamente en el mismo pueblo e Otavi, los pobladores de las diferentes comunidades solían realizar círculos, “como los demás grupos hicimos una rueda; los hombres tocaban sus charangos, y nosotras cantábamos y bailamos todos bajo la acariciante luz de la Luna, al compás de la alegre música. Aumentaban los grupos de bailarines según iban llegando hombres y mujeres, todos solteros. Los casados se divertían a su manera en sus casas o en sus alojamientos. Al mediar la noche, el entusiasmo era ensordecedor por la música cientos de voces de mujer y los acordes de los charangos retumbaban con el zapateo incansable”; ese es el testimonio más verídico respecto a los acontecimientos festivos que se realizan en la actualidad.
La danza del Fandango repercute con mucha notoriedad en regiones hermanadas por este baile en los municipios de Puna y Ckochas, además de algunas comunidades del municipio de San Lucas del departamento de Chuquisaca; de hecho, todas esas regiones están tan arraigadas con el fandango que se constituyen en poblaciones donde más se componen los huayños para este ritmo tan candente que se manifiesta principalmente en la fiesta de San Juan en la Capital del Distrito Otavi del municipio de Puna, donde decenas de comunidades de ambos departamentos arriban a Otavi, para participar desde tiempos inmemoriales en el Festival del Fandango, en ella muestran la mejor gala de sus prendas de vestir, tanto damas y varones bailan orgullosos de mostrar su cultura.
Por: Ivert Elvis Fuertes Callapino
(*) Es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí – SIHP.
(**) Es Responsable de Patrimonio del Gobierno Autónomo Departamental de Potosí – GADP.