–El Kolectivo Perro Petardos de Oruro, que lleva adelante la investigación y película sobre la vida de Jach’a Flores en cerca al lago menor del Titicaca, constató fortuitamente este fin de semana la magnitud del atropello contra las expresiones antiguas de nuestros ancestros.
–También el Colectivo de Artistas Escándalo en tu Barca, de la barda paceña Adriana Lanza, la barda Sulma Montero, el fotógrafo Javier Tarqui, reclamaron por la pérdida del arte rupestre indígena de hace mil años.
–Por su indiferencia, el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz se lleva gran parte de esta destrucción patrimonial al ser directo responsable de la custodia, cuidado y salvaguardia de estas expresiones rupestres, según estipula la nueva Constitución Política del Estado de 2009 y la Ley Nº 530 del Patrimonio Cultural Boliviano, promulgada en 23 de mayo de 2014.
–Las pinturas rupestres de Chirapaca no sólo fueron totalmente abandonadas por la Gobernación Autónoma Departamental de La Paz y el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, sino destruidas por las expresiones o propagandas políticas recientes o después de la pandemia.
Wtv/prensa miércoles 18 julio 2024.- El arte rupestre de Chirapaca, en una sección de rocas afiladas que bordean una colina copada de árboles en medio del altiplano, en el Municipio de Batallas y la población histórica de Peñas, en el departamento de La Paz, fue dañado en su totalidad por mensajes políticos con alevosía y saña que fueron ocasionados en estos tres últimos años o después de la pandemia.
Este hecho fue constatado este domingo 14 de julio, al rayar la tarde, por una comisión de bardos y actores de La Paz y de Oruro que transitaban este sector, tras visitar el Puerto Pérez y la comunidad de Toquiriri, para acompañar al Kolectivo Perro Petardos de Oruro que lleva adelante una investigación y documentación fílmica de esta región lacustre, donde era originario la familia del economista, músico y compositor de morenadas de Oruro, José Félix Flores Orozco (1941-1998), más conocido como José Jach’a Flores.
La visita casual a este sitio, que era para coronar y festejar la documentación fílmica sobre las raíces aymaras del Jach’a Flores, se convirtió de pronto en desazón por parte de los involucrados que no hallaban ninguna razón para justificar esta atrocidad humana que se hizo con el arte rupestre de más de 1.000 años de existencia.
Más del 90 por ciento de las expresiones rupestres indígenas estaban cubiertas por la pintura de mensajes políticos cargados de odio contra cierto candidato local o por otro tipo de dibujos recientes que nada tenían que ver con la calidad antiquísima y artística que fue realizada por nuestros antepasados sobre la superficie rocosa.
“No entiendo este tipo de ignorancia”, manifestó Sergio Gareca, director del Kolectivo Perro Petardos y uno de los bardos principales de Oruro, que actualmente trabaja como profesor en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
“La pintura milenaria hecha por nuestros antepasados debería ser patrimonio de la humanidad”, observó la barda paceña, Sulma Montero, impotente y conmocionada por el vandalismo político al arte rupestre de Chirapaca.
Tanto el fotógrafo Javier Tarqui como los bardos Adriana Lanza (Colectivo de Artistas Escándalo en tu Barca) y Juan Carlos Ramiro Quiroga, estaban en shock y guardaron silencio sepulcral.
Hasta que Sergio Gareca sacó su quena, la empuñó y tocó una canción guerrera en tono de protesta al borde del sendero rocoso para conjurar todo el mal que habían realizado contra la expresión rupestre antiquísima y milenaria de Chirapaca, acaso por los mismos habitantes de esta región altiplánica.
En el caso específico de Chirapaca, desde 1992, la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (SIARB) ha encontrado importantes registros rupestres que dan un testimonio fascinante de las culturas prehistóricas y su conexión con el mundo espiritual.
Según un registro preliminar de la institución, en el país existe un mínimo de 1.000 sitios de arte rupestre —en aleros o refugios, cuevas, paredes rocosas, lozas o peñascos—, la mayoría en el altiplano, en los valles y en el oriente.
2017
En el estudio denominado “Conservación y administración del arte rupestre en Bolivia. Experiencias durante 30 años (1988-2017)” que fue elaborado por el experto en este tema, Freddy Taboada, ya lanza la alerta sobre cierto vandalismo en el arte rupestre de Chirapaca en 2017, porque carece de medidas de control y protección de estas pictografías.
“Resaltan también una serie de señalizaciones indicando la ubicación de los sitios, alertando a los visitantes casuales que ingresan sin control, como en Chirapaca, Provincia Los Andes del Dpto. de La Paz, sitio ampliamente estudiado y reconocido por sus representaciones del período Colonial (Taboada, 1992), donde el Viceministerio de Turismo estableció un mirador turístico (Figura 10A) facilitando el vandalismo sobre el arte rupestre (Figura 10B). En la actualidad también se ha establecido un programa de Turismo Comunitario en Chirapaca, integrando el arte rupestre de la localidad a varios atractivos, pero sin medidas de protección y de control de las importantes pictografías.”
CONTEXTO HISTÓRICO
La comunidad de Chirapaca está ubicada a 55 km de la ciudad de La Paz, carretera panamericana de Río Seco a Copacabana. Se encuentra a 3.860 m.s.n.m. del altiplano norte y a 7 km al lago Titicaca, limita al Norte con la comunidad de Peñas, al Este con la comunidad de Pariri, al Oeste con la ciudad Comercial de Batallas y con el Cantón Karhuiza, al Sur con la Comunidad de Yaurichambi y Caluyo, y al Sur Oeste con la Comunidad de Cullucachi, con una extensión territorial de 1.490 hectáreas (Historia de la Comunidad de Chirapaca, Escuela Superior de Formación de Maestros Mcal. Andrés Santa Cruz y Calahumana, La Paz, 2014, de José Alfredo Machicado Botetano).
Con una población aproximada de 1.515 habitantes, Chirapaca pertenece a la Sub Central Unión Catavi, municipio de Batallas de la provincia Los Andes del departamento La Paz.
El nombre de Chirapaca proviene de las águilas negras que eran viajeros, venían desde la cordillera de Los Andes hacia el cerro llamado “kallani”, al pasar por la población de “CH´IYAR PAKA” se quedaban a comer y dormir en la cima llamado “QALA WAYU”, actualmente llamado “CALVARIO” o “CRUZ CALVARIO” donde las águilas negras se alimentaban de cañahua y quinua (qañawampi, juphampi), estos alimentos producían en abundancia.
La población de Chirapaca, antiguamente, se denominaba “CH´IYAR PAKA´ que quiere decir (águila negra).
LAS LEYES Y NORMATIVAS VIGENTES SOBRE PATRIMONIO CULTURAL
La Constitución Política del Estado, promulgada en febrero de 2009, delega la responsabilidad de la preservación, promoción y difusión del patrimonio cultural boliviano a los gobiernos departamentales, municipales y comunidades concurrentes con el Estado.
Posteriormente, el 23 de mayo de 2014, la administración estatal promulga la Ley Nº 530 del Patrimonio Cultural Boliviano, que establece la gestión descentralizada del patrimonio cultural, pero también define y enfatiza en la cualidad particular de Patrimonio Arqueológico, Paleontológico y Subacuático, cuando establece:
Artículo 13. Propiedad del Patrimonio Cultural, Arqueológico, Paleontológico y Subacuático.
I. El Patrimonio Arqueológico, Paleontológico y Subacuático, descubierto y por descubrir, es propiedad del Estado Plurinacional de Bolivia, por lo que no procede la figura de expropiación. Esta propiedad es colectiva e incluye a todas las bolivianas y bolivianos, del presente y de las generaciones futuras; ninguna persona o institución pública puede reclamarlo a título personal.
II. Los poseedores de estos bienes culturales, museos, comunidades y particulares, anteriores a la promulgación de la presente Ley, se constituyen en custodios.
III. Para el reconocimiento al derecho a la custodia, deben cumplir con la obligación de su registro, conservación, protección, mantenimiento y exhibición.
IV. El nivel central del Estado, a través del órgano rector, en coordinación con las entidades territoriales autónomas, generará las condiciones necesarias para la gestión de estos Bienes Culturales, apoyando en su registro, conservación, protección, investigación, restauración y difusión. (VV.AA., 2014, pp. 441- 460; resaltado del autor).
(jcrquiroga)
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